El acercamiento a los cuerpos es una evidencia de mi incapacidad de poder encontrar la salida a los laberintos de arbustos altos.
Pero, Felicitas, no hay nada afuera.
           n  o
              H A Y
N a D a
        AFUERA.

Linealidad. Absurdos momentos homogéneos en los cuales me sumerjo a diario. Como un montón de basura que se pudre en la vereda. Las flores se secan entre mares de palabras que no logro comprender, y menos escribir. Mientras su fotosíntesis se lleva a cabo por la luz solar que irradia el lenguaje. Ades y sus discípulos denegaron mi entrada al inframundo, donde la fiesta se lleva a cabo entre alcohol, sexo, drogas y el dolor de no sentir nada. Y de sentir todo.
Invitame a entrar. Aunque la capacidad sea limitada, aunque la fiesta haya finalizado, aunque el piso este pegajoso y los platos sucios.
Invitame a entrar, sobre todo, si la fiesta terminó.

Mi mente enmascarada. La gran mascara impenetrable, irreconocible, indescifrable. Veo el umbral, el túnel, no logro entrar. Ya quiero estar en la oscuridad, sola y rodeada por todo mi yo. esta vigilia se convierte en ansiedad. Curiosidad, ¿acaso el negro puede ser mas negro? ¿las sombras mas oscuras? rezo. Que así sea.  Evoco la oscuridad, allí está la luz. Entre las sombras, entre angustias se filtra. Desde las alcantarillas se alumbra mi alma. Próximamente el derrumbe. Los ladrillos golpeándose contra mis paredes, contra mi.
ANSIEDAD-IMPACIENCIA-SOLEDAD-CURIOSIDAD-OSCURIDAD-ANGUSTIA.
Morir y renacer es vivir en eternidad.